La Plegaria Eucarística del Misal Romano es una oración de agradecimiento y alabanza a Dios por la Eucaristía, que nos une a Cristo y nos da fuerza para nuestra misión evangelizadora. Se recomienda leerla con devoción y atención, preferiblemente durante la Misa.
La Plegaria Eucarística es una oración central en la Misa Católica. En el Misal Romano, se encuentra la Plegaria Eucarística número 2, que es una de las más utilizadas. Esta oración es una expresión de gratitud y alabanza a Dios por el don de la Eucaristía, y nos invita a unirnos a Cristo en su sacrificio redentor.
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre. Venimos ante ti con humildad y agradecimiento, para ofrecerte esta oblación santa y viva. Te pedimos que envíes tu Espíritu Santo sobre estos dones, para que se conviertan en el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo amado, Jesucristo.
En la noche en que fue entregado, Jesús tomó el pan, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: Tomad y comed todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por vosotros. De igual manera, tomó el cáliz, dio gracias y lo dio a sus discípulos, diciendo: Tomad y bebed todos de él, porque este es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados.
Te pedimos, Padre, que esta Eucaristía nos una más estrechamente a Cristo, y que nos haga más solidarios con nuestros hermanos y hermanas. Que nos dé fuerza para llevar adelante nuestra misión de anunciar el Evangelio y construir un mundo más justo y fraterno. Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.
La Plegaria Eucarística es una oración que debe ser leída con devoción y atención. Se recomienda leerla al menos una vez al día, preferiblemente durante la Misa. También se puede leer junto con otras prácticas de oración, como el Rosario o la Lectio Divina.